A medida que vamos creciendo podemos enfrentarnos a situaciones que antes nos sobrepasaban, sólo por el hecho de que nosotros hemos cambiado.
Las situaciones a la que nos enfrentamos son las misma, pero de repente, tienes las herramientas para enfrentarte a ellas y por esto, ya no las consideras problemas en tu vida.
Cuando éramos pequeños, si íbamos al supermercado y nos perdíamos dentro; o si se nos rompía el juguete, nos causaba un estrés tremendo. Era una situación con un tamaño que no sabíamos manejar. No sabíamos qué hacer. Era el fin del mundo.
Nos sentíamos que esa situación era demasiado grande para nosotros. Esta misma situación te sucede ahora, y no te causa estrés, porque sabes que vas a solucionarlo. Que saldrás de ella.
Entonces, el truco está en crecer hasta ser más grandes que «los problemas», porque justo en ese momento, ya no serán problemas
Cuanto más creces, las situaciones que antes te parecían inalcanzables, se vuelven algo manejable, porque tu has crecido.
Los problemas no cambian en la vida, pero como que cambiamos nosotros, dejamos de catalogarlos como «problemas».
El camino está en ir quitándote las limitaciones, las memorias que te dicen que tus problemas son más grandes que tu. Y cada vez que lo consigues, ganas poder. Te vences a ti mismo. Vences tus miedos y tus límites.
Y esto es algo que nadie te puede quitar. De pronto, te puedes imaginar hacer cosas que antes no hacías. Situaciones que antes te sobrepasaban de pronto son algo normal, que puedes manejar.
Esas son las victorias que un día miras atrás y ves todo lo que has crecido; todo lo que ya no consideras «problemas» en tu vida y por más que te digan lo contrario; esas victorias son las que te definen.