Y en todo este camino de hacer nuestro sentir, de pronto hay algo que se rompe: los resultados. Las expectativas, el futuro.
Hoy hago esto porque lo siento. Siento que eso es lo que quiero hacer y lo hago.
A veces cuando sentimos algo, nos frenamos y cuestionamos «¿Cómo puedo sentir esto?» Algo mental dentro de nostotros se opone a que realmente estemos sintiendo esto.
Y nos resistimos a sentirlo. No puede ser.
Finalmente, cuando lo respiras y aceptas que eso es lo que estás sintiendo, el cuerpo se relaja y te entra paz. Ese sentir te ha hecho saltar alguna estructura mental y de comportamiento. Y es entonces cuando das ese paso hacia tu sentir.
Y es allí donde sucede la magia.
La magia de los resultados es abandonarnos a que no tenemos ni idea.
Ya no nos guiamos por las acciones premeditadas, por tanto, no sabemos dónde vamos. Nos guiamos por el sentir y eso nos lleva a un punto que no podemos llegar a imaginar. Es mucho mejor de lo que algún día soñamos, pero no tenemos ni idea. No podemos preverlo, ni imaginarlo.
Respiramos y conectamos con el sentir. Qué nos hace sentir, qué nos da alegría, paz o qué nos hace vibrar. Y hacía allí vamos.
Ese paso que damos conectados en el sentir, hace que todo fluya. Y las situaciones se integran y desaparecen en cuestión de horas, fluye y se mueve. Ora está en un sitio, ora en otro.
El resultado ya no importa. Es el camino que hemos hecho para llegar allí.
El movernos con nuestro sentir no sabemos el por qué, ni siquiera lo que vamos a conseguir con eso. Hacemos un paso guiados por nosotros mismos, y de la misma manera, no sabemos cuál va a ser nuestro siguiente paso, hasta que no lo sintamos. Sin importar cuál va a ser el otro.
Por ejemplo: Te invitan a una inauguración de un local. Vas porque sientes que tienes que ir, pensando que allí vas conocer gente y te lo vas a pasar bien. Cuando llegas a ese sitio, sientes que no quieres estar porque en ese momento no te vibra, y sientes que quieres ir a dar un paseo, en vez de estar en ese evento que no sientes. Empiezas a pasear y te paras en una tienda porque sientes algo bonito en la tienda. Entras y acabas teniendo una conversación con el chico de la tienda. Y mágicamente os cambia la vida. Y al igual no lo vuelves a ver nunca más, hay algo que ha cambiado en cada uno.
Y esa es la magia del fluir y del sentir
Puede que ese paso que das, desaparezca en cuanto haces un paso para acercarte. Y te preguntas por qué? No sucede nada. Es así, el hecho de que hayas dado ese paso te ha abierto a otro paso que conocerás más adelante. La estructura mental se ha relajado, las memorias se han desvanecido. Al igual ese sentir sólo estaba allí para liberarte de tu mismo y prepararte para otro paso.
¿Cuál?
Ya lo sentirás.
Es genial! eres la voz humana que corrobora con mi sentir!!!!
pero… falta purpurinillaaaaaaa
que tal si le ponemos hum<3r y una camara?????!!!!
😉